El invierno es para los acomodados, para los que prefieren ver la vida desde la ventana, junto al calor del fuego. Para aquellos que sonríen como gatos satisfechos mientras ven caer la nieve, imaginando el frío que hará fuera, cerrando los ojos con el corazón templado y el alma soñadora, que no imagina más horizontes que lo seguro, lo conocido...
2 comentarios:
Está bien ver a ratos la vida tras una ventana...
Para nada, Sandra; de hecho, la vida se compone de la combinación de ambas opciones. Hay épocas, estados de ánimo, estados civiles...
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