miércoles, enero 26, 2005

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El invierno es para los acomodados, para los que prefieren ver la vida desde la ventana, junto al calor del fuego. Para aquellos que sonríen como gatos satisfechos mientras ven caer la nieve, imaginando el frío que hará fuera, cerrando los ojos con el corazón templado y el alma soñadora, que no imagina más horizontes que lo seguro, lo conocido... Posted by Hello

Y luego están los otros, los valientes, los que saben que la vida está esperando ahi fuera, en cueros, a que alguien vaya y la tome. Y salen, y sienten el calor del sol, y se sumergen en el agua hasta la cabeza sin preocuparse de cuánto aguantarán los pulmones, porque no importa, porque mañana es sólo un adverbio de tiempo... Posted by Hello

miércoles, enero 12, 2005

Con el agua al cuello


Bonita torre nos ha hecho en Barcelona la compañía del agua. Impresionan bastante sus dimensiones, sobre todo cuando uno sale del metro y la va viendo surgir, como por ensalmo, en toda su magnitud. Afortunadamente, no se les ha ocurrido a los constructores ponerle un aspersor en la parte superior, más que nada para hacer una mayor propaganda de la naturaleza del edificio. Los extranjeros, cuando la ven, deben pensar: "Un pais que tiene la corrida como fiesta nacional, y construye edificios como este, tiene que ser muy alegre". No es de extrañar que no nos tomen en serio... Posted by Hello

Cuando fumar no es un placer


Karim Sarkis, butanés, se echó las manos al bolsillo de la camisa. Nada. Con cara de fastidio, cogió las llaves del coche, algo de dinero, y gritó eso de "me voy a por tabaco". En la cocina, Yaiza Sarkis casi se corta una mano con el cuchillo de pelar patatas. ¡A por tabaco! Eso quería decir a la India, o a la China, porque claro, en el Bután está prohibida la venta y consumo de cigarrillos, y el que quiere comprar ya sabe la excursión que le toca. Desde luego, Karim no estaría en casa antes del desayuno...del lunes de la semana siguiente.
A bastantes kilómetros de distancia, en Italia, Valeria Rossi se sentaba en un bar ante su capuccino. Totalmente absorta en la lectura de Il corriere de la sera, no se dió cuenta del acto inconsciente de echar mano al bolso y tomar un cigarrillo. Mientras este colgaba de sus labios, mechero en mano, algo le llamó la atención: el silencio sepulcral que se acababa de formar a su alrededor. Miró en torno, para descubrir las miradas de sesenta usuarios del bar clavadas en ella. Cierto; en Italia ya no se permite fumar en los bares.
Una de las mayores paradojas de nuestro siglo es un paquete de cigarrillos. Uno le da la vuelta y lee eso de "mezcla de tabacos de gran calidad, que aportan el genuino placer de fumar", y dos milímetros más abajo, "las autoridades sanitarias (quienes serán?) advierten que fumar produce ceguera, sordera, y que la pilila se cae a cachos". Bien, piensa uno, señoras autoridades sanitarias, no se puede hacer que la gente entre en el cielo a golpes de cruz. No me lo vendan, o callen para siempre. No vi en mi coche, cuando lo compré, ningún cartel de "conducir a más de 120 puede producir tetraplegia galopante", o en las botellas de ron algo como "el alcohol produce cirrosis". Y, lo que es peor, jamás leí etiquetas de advertencia en los paquetes de carne envasada, del tipo "este pollo ha sido alimentado con unos piensos que vaya usted a saber qué producen, pero seguro que nada bueno".
Yo les propongo una cosa, señoras autoridades sanitarias: Dejen de consentir los piensos cancerígenos, los productos tóxicos en todo lo que comemos y bebemos; que no se fabriquen coches que corran a más de 120, y claro, obliguen a los fabricantes a que el tabaco sea eso, tabaco, nada de alquitranes, hidrocarburos y cicuta. De ese modo, aumentará nuestra calidad de vida, y podremos comer, beber y conducir tranquilos. Y fumar volverá a ser, únicamente, un placer. Posted by Hello

lunes, enero 10, 2005

Mykonos


Cuando Ulisses decidió volver a Itaca, más que nada porque ya no había guerras ajenas que ganar, pasó por aqui, por Mykonos, y en este barrio de La Escala estuvo comiendo pescado, bebiendo vino de retzina y bailando sirtaky. Luego le fue a Penélope con el cuento de Circe y sus cerdos, de Calipso, que era una mala bruja, y todo eso. Penélope, que era una bendita, se lo tragó todo. Ella con su hilo y tal, haciendo y deshaciendo, y él de fiesta gay. Pero no os dejeis engañar; fue como digo. Yo lo sé porque estuve allí, y vi una inscripción en la pared de una fachada antigua que rezaba: "Odisseos was here"... Posted by Hello