miércoles, enero 12, 2005
Con el agua al cuello
Bonita torre nos ha hecho en Barcelona la compañía del agua. Impresionan bastante sus dimensiones, sobre todo cuando uno sale del metro y la va viendo surgir, como por ensalmo, en toda su magnitud. Afortunadamente, no se les ha ocurrido a los constructores ponerle un aspersor en la parte superior, más que nada para hacer una mayor propaganda de la naturaleza del edificio. Los extranjeros, cuando la ven, deben pensar: "Un pais que tiene la corrida como fiesta nacional, y construye edificios como este, tiene que ser muy alegre". No es de extrañar que no nos tomen en serio...
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2 comentarios:
Qué grima el día que la demuelan. Hasta entonces, se podrá decir que la compañía no descansa jamás (que también da cosa).
Es lo que pasa por entregar proyectos a los japoneses, que ya sabemos lo que tienen siempre en la cabeza. Y por querer ser demasiado vanguardistas.
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