miércoles, febrero 23, 2005


"Ya le digo, compadre. Era un golpe perfecto. El Chiquitín tenía ese amigo, un tal López, que trabajaba de contable en aquel banco de la Avenida..." Me miraba como desde otro planeta. Yo siempre me había preguntado qué había llevado a aquel hombre flaco, de elevada estatura y ojos achispados, hasta el escalón de mi casa donde siempre le encontraba sentado de día, tumbado de noche, entre periódicos. Hasta que decidí llevarle una botella de cognac y hacerle cantar de plano. "Sabía qué cuándo llegaba el furgón, y conocía todas las combinaciones; teníamos que ir a medias..." Su expresión era opaca. Hablaba moviendo tan solo la boca, sin hacer gesto alguno. "Yo había soñado con llevarme a mi Rosita a las Bahamas, o a algún sitio así, y pegarnos la gran vida... Ver todo aquello que nunca vi... Y parecía tan fácil..." Continuaba hablando, mirando sin ver el edificio de enfrente, donde alguna vecina limpiaba los cristales. "Le pillaron, viejo. Soltó todos nuestros nombres. Un montón de años en la cárcel, sabes..." Su mirada triste se perdió todavía más lejos. De pronto, una sonrisa afloró en sus labios, como en un tímido dibujo, y su mirada se iluminó. "Pero viejo", dijo "si llega a salirnos bien...". Posted by Hello