lunes, septiembre 09, 2013

Alejarse


















Miró hacia la colina y sólo pudo ver su espalda enorme alejarse sobre sus pasos desmañados. Aquello no podía estar pasando; habían caminado, comido, dormido, reído. Habían visto de cerca la vida y la muerte, habían soñado. Habían caminado de la mano por montes, senderos, valles. Siempre con los ojos del otro clavados en la nuca; siempre sabiendo que estaban ahí, esperando a reflejarse los unos en los otros. Habían llorado, cantado y bailado; habían plantado cara a la guadaña una y otra vez, y lo habían hecho por amor. Con el corazón lleno, sin pensar en nada más, dándo cuanto tenían en cada sonrisa, en cada verso. Y ahora se iba. Así, sin más. Quién sabe si con una lágrima cayendo de sus ojos. Dándole la espalda y caminando sin parar, dejando atrás el valle en que ella había crecido, sabiendo su mirada clavada, una vez más, en sus anchos hombros, en el infinito vacío que él dejaba, que iba creciendo y creciendo a cada paso que los separaba. "Volveremos a vernos", le dijo. Y qué. No quiero que volvamos a vernos. No quiero quedarme sentada esperando, sabiendo que nada ni nadie podrá correr conmigo tanto camino, que no hay cristiano capaz de hacer por mí lo que tú has hecho. ¿Crees que podré conformarme con menos, cretino? Y tú, ¿podrás? ¿Serás capaz de mirar de frente a una que lloraría y se vendría abajo ante el menor contratiempo? No, no podrás. Volveremos a vernos. Y qué. Te quiero aquí, conmigo. A mi lado, no importa donde. Contra el mundo, contra todo y contra todos. Te quiero aquí.

2 comentarios:

TERTULIA ESCRITORES dijo...

En una prosa poética relatas un cruel desapego de la pareja, del abandono, de marcharse sin mirar atrás.

Muy buen micro, Gemma.

Unknown dijo...

Gracias, fue el sabor que me dejó el final de un libro que leí. Un abrazo.