jueves, diciembre 18, 2008

Magenta


¿Para qué necesitas poesía, si tienes el agua quieta pasando bajo el puente en la tarde? ¿Para qué, si todavía te acompaña el olor a salitre de un mar recosido por espigones de piedra? ¿No recuerdas el cielo turquesa, un cielo que duele de lo azul, los pastos verde esmeralda, los recios sillares de piedra de construcciones milenarias? ¿No atesora tu corazón, acaso, el tacto de pieles de seda, de besos que arrancan el alma, de lava volcánica derramándose por fuera, por dentro, por todas partes? ¿No percibes con orgullo la chispa de energía en tus ojos entre tantos ojos muertos, en tardes blancas y grises junto a pieles envejecidas, ajadas, sin esperanza, viviendo sus vidas de papier machê? Pellízcate. Respira, siente el aire. La vida tiene la hermosa costumbre de devolver la sonrisa a todo aquel que le sonríe.

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