lunes, abril 02, 2012

El Cristo de las favelas

Impertérrito, físicamente por encima del Bien y del Mal, el Cristo Redentor observa callado, desde lo alto del Pan de Azúcar, la vida a sus pies. Verdugos, víctimas. Extorsiones, violaciones, asesinatos. Villas millonarias justo encima de las chabolas. Piscinas sobre charcas. Corruptos diferenciados tan sólo por la suerte. Ella determina quién vive en la villa y quién en la chabola. Ni una lágrima milagrosa en su rostro perfecto. Quieto, abarcando con sus brazos toda la miseria del mundo, sin ningún poder aparente sobre ella. Y bajo sus santos pies los niños siguen disparando a otros niños, las mujeres siguen siendo violadas, los chicos siguen traficando. Y todos le miran a veces. Unos para preguntarle porqué, otros para darle las gracias, otros simplemente porque está ahí.

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