Taimada, con sigilo y despaciosa,
acercose la zorra al hormiguero,
preguntándose en nombre de qué fuero
la vida de la hormiga era tan sosa.
Salió una obrera, y mirola ampulosa,
saludola quitándose el sombrero,
y le dijo: " Trabajo con esmero
por mi comunidad, noble raposa"
Y la zorra, mirándola sonriente,
compasiva giró sobre sus patas
y fue a buscar a dónde hincar el diente,
pensando:" Mejor va cazando ratas
que siendo de comunidad sirviente
y, por otros, tener que andar a gatas".
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