
"Por una mirada, un mundo", nos decía Gustavo. "Por una sonrisa, un cielo. Por un beso...yo no sé qué te diera por un beso", continuaba diciéndonos. Y añadían los Café Quijano que mereció la pena tanto lustro de aprender a decir, con un simple beso. Parece que pocas cosas transmiten tanto. No será el contacto en sí, prosaico donde los haya. Dios sabe que es mejor no pararse a analizar lo que es un beso puro y duro. Y sin embargo, nada, absolutamente nada, resulta tan excitante, tan prometedor, tan apasionado o, en su caso, tan dulce como un primer beso. Y con nada se nos pone esa cara de bobos como con el recuerdo de aquel beso que nos cautivó. O con el anhelo de ese que tanto deseamos. Porque, como dice el adaggio, un suspiro es un beso que se piensa y no se da. Besémonos mucho, pues; que nadie pueda decir que la vida se nos ha ido en suspiros...
1 comentario:
Me puede usted besar en la mano, o puede darme un beso de hermano. Así, me besará cuando quiera. Pero un beso de amor no se lo doy a cualquiera...
Publicar un comentario