domingo, septiembre 11, 2005

De besos


"Por una mirada, un mundo", nos decía Gustavo. "Por una sonrisa, un cielo. Por un beso...yo no sé qué te diera por un beso", continuaba diciéndonos. Y añadían los Café Quijano que mereció la pena tanto lustro de aprender a decir, con un simple beso. Parece que pocas cosas transmiten tanto. No será el contacto en sí, prosaico donde los haya. Dios sabe que es mejor no pararse a analizar lo que es un beso puro y duro. Y sin embargo, nada, absolutamente nada, resulta tan excitante, tan prometedor, tan apasionado o, en su caso, tan dulce como un primer beso. Y con nada se nos pone esa cara de bobos como con el recuerdo de aquel beso que nos cautivó. O con el anhelo de ese que tanto deseamos. Porque, como dice el adaggio, un suspiro es un beso que se piensa y no se da. Besémonos mucho, pues; que nadie pueda decir que la vida se nos ha ido en suspiros...

1 comentario:

Sin embargo dijo...

Me puede usted besar en la mano, o puede darme un beso de hermano. Así, me besará cuando quiera. Pero un beso de amor no se lo doy a cualquiera...